Desde la tierra de los tacos y el chavo del ocho, llega “Sal” (del verbo salir, no el mineral). Tema romántico y amoroso que recuerda a lo primero de los también mexicanos Elefante gracias al ritmo de batería y el uso de la guitarra acústica en la introducción. Parece ser una recreación moderna de un bolero o un huapango en términos estructurales y armónicos, donde la guitarra eléctrica de arreglos aflamencados con un leve crunch provee del sentido roquero que a todas luces buscan los chicos de Déyamo.
Lo más interesante quizá sean los cambios de ritmo que se hacen presentes apenas al minuto de haber comenzado. Después de la veloz introducción y los primeros versos, aparece un bajón en intensidad que recuerda a los grupos ochenteros de balada lacrimosa como Los Bukis o Los Temerarios, donde destaca mayormente el trabajo guitarrístico y en menor medida lírico. El punto más flojo del proyecto quizá sea la voz. Detrás de una gruesa capa de eco y reverberación, se nota una leve disonancia y falta de colocación sobre todo en la última nota de la letra (que hay que decirlo, no suena nada fácil de lograr).
Si te late Maná, Caifanes o Elefante. Este proyecto es para ti.
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