¿Happy punk progresivo? Podría ser, tal
vez no; pero definitivamente esta banda estadounidense tiene la potencia y la
energía musical necesaria para crear semejante duda.
El riff introductorio tiene un interesantísimo juego entre compases cuadrados e impares que son los que dan ese gustillo progresivo que sorprende y entretiene, primeras dos grandes virtudes. Armónicamente se atiene a las reglas impuestas por los gigantes de antaño, y por consiguiente la selección de notas en las melodías necesariamente recuerda a ese divertido sonsonete melódico. Incluso se dan el lujo de crear perfectos pasajes de contrapunto vocal en el estribillo y la coda final, sin alejarse ni una micra del sonido “happy punk”. Ingenio y fidelidad a sus principios, diría yo.
El ambiente sónico contiene guitarras semi-distorsionadas marcando en el coro, y quintas a bajo volumen en los versos, batería veloz y urgente, más el bajo sólidamente discreto con ocasionales y acertadas figuras con overdirve. La lírica gira entorno a los dilemas estudiantiles y existenciales de la juventud, siempre vitales y sucediendo continuamente generación tras generación. Temática muy identificable para todos, especialmente quienes crecimos con la primera oleada emo y pop punk. Situaciones profundas y universales revestidas de narrativa escolar adolescente.
Interesante
propuesta de punk pop de la nueva era. Escucha obligatoria para los fans del
género.
0 Comentarios