Confortable balada con ecos progresivos que recuerda ligeramente a los genios británicos de Pink Floyd, es lo que nos presenta el norteamericano Sean Santeri. Inevitable notar el entorno etéreo lleno de misterio que recrea la placa a través de guitarras acústicas rasgueadas en primer plano y un ritmo midtempo hipnótico que, junto a un omnipresente piano, parecen conducirnos hacia un lejano paisaje desértico o a una apartada campiña donde podamos estar a solas con nuestros propios pensamientos.
“La mente creativa, enciende el alma” declara la primera línea en este tema rebosante de reflexión y ensoñación instantánea. Y así continúa con pasajes crípticos, casi abstractos complementados a la perfección por la composición que resulta por momentos psicodélica únicamente utilizando los elementos básicos del rock más tradicional. La clave aquí radica en el acertado uso de mecanismos armónicos bien intencionados que se explayan en el estribillo y aún más durante el apasionado solo de guitarra que casi parece homenajear a David Gilmour.
Estupendo tema recomendable para todos los fans del Pink Floyd post Syd Barret, y quizá el Radiohead del Ok Computer.
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