El inicio de esta canción se siente vibrante y atmosférico,
pero también hay algo en la voz de su intérprete que aparece poco a poco,
emerge como un grito de protesta con esa voz gutural digna de un cantante de metalcore.
Luego, tenemos una interpretación más contenida, con un tono melódico más
claro, él no grita, canta con sutileza, haciendo este contraste con la primera
voz.
Y no podemos dejar de lado la música, la fusión sonora entre
la batería, la guitarra y el bajo logran crear un ambiente que se percibe caótico
cuando todos se encuentran. Pero en el minuto 2:05, la guitarra nos muestra un
riff que suena espectacular, mientras que en el 2:28 la batería adquiere un
ritmo y velocidad fuera de este mundo, seguirle el paso es difícil, pero es
justo lo que no quiere, pues la canción se vuelve tan caótica como rápida ya
llegando a los últimos segundos.
¡Esta canción es una descarga sonora de caos y voces!
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