Aires de los Nine Inch Nails del genio americano
Trent Reznor, permean en esta fantástica pieza del canadiense 22 Hertz.
Esta vez la guitarra distorsionada junto a una pista de batería abren el tema. Un riff pesado y distópico va y viene entre las seis y las 4 cuerdas antes de dar paso a las voces. Debajo de los cuales aparece una tenebrosa secuencia de percusión electrónica que rellena y complementa el la atmósfera lúgubre de la placa en general.
Referente a la composición en sí, hay un acertadísimo uso del contraste entre las secciones gracias a un bajo overdrive que se sostiene perfectamente en solitario mientras el autor canta, grita o se lamenta (es notable el gran abanico de recurso vocales que posee el autor) ya sea en los versos calmados y lóbregos o en el impetuoso y sólido estribillo que se hace notar aún más por el uso de filtros y distorsiones. Pieza redonda cuyos elementos todos funcionan cabalmente. No hay más que decir, vayan a escucharlo.
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