Tema de tintes románticos y reflexivos en su lírica, revestido de un rocanrol penetrante y apasionado que abreva de todo lo mejor que hemos escuchado en el rock latinoamericano especialmente del tridente Argentina-Chile-Colombia y quizá en menor medida México. Con esas voces casi punk entre gritadas y cantadas que remiten a las barras bravas, cánticos de estadio que unifican e identifican sin perder ni un ápice de su cualidad melódica. Sobe una gruesa capa guitarrística llena de distorsión a quintas en los versos y una batería precisa, seca y vehemente que conduce a todo momento la composición.
A pesar de
ese carácter desparpajado y en apariencia desprolijo, es notable el trabajo
estructural y creativo invertido en esta placa, especialmente al escuchar los
arreglos y el solo de guitarra que permean durante los poco más de tres minutos
de duración de la placa. Incluso durante el estribillo es posible escuchar
coros armonizados en vena beatlesca
que lejos de restar potencia, realzan y complementan al resto de los elementos
con bienvenida cadencia entre el irónico caos controlado que presenta este Beso
Lésbico.
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