Excelente
mezcla de música mexicana y pop, vibrante y de gran vitalidad. El orgullo
mexicano se hace presente en la era moderna.
El tema abre
con motivos aflamencados de guitarra acústica y una línea de trompeta dramática
que atrapa a la escucha antes de dar paso a los versos que hacen una interesante
analogía entre la vida de un jinete en el ruedo y las dificultades, fracaso y
triunfos que cualquier persona puede enfrentar en su vida. El agregado de una
voz femenina aguda y cristalina en los coros, complementa y hace brillar aún
más las vocales de Erik Alejandro.
Batería y
cajón conforman la pista rítmica bien asentada que oscila entre la sincopa de
la rumba y un ritmo más cuadrado y sólido de pop. Gran decisión la de
subdividir el compás durante el estribillo dándole un carácter de sensualidad y
sutileza que le viene perfectamente. Muestra más que fehaciente del detallado
trabajo de orquestación y arreglo realizado por parte de la producción
Con fuerte
influencia de monstruos del pop ibérico como Pablo Alborán o Alejandro Sanz,
este tema va que vuela para convertirse en un clásico del repertorio.
0 Comentarios