Espectacular
balada pop de origen israelí-holandés con impactante y actual temática, que
pone la piel de gallina con su dramática y honesta intensidad.
Según cuenta esta cantautora el tema comenzó como una búsqueda de ser visto y valorado como individuo cambiando rápidamente su significado al contrastarlo con la desgarradora guerra que aun al momento de escribir estas líneas, sigue sucediendo en su país. A través de una delicada melodía vocal, etéreos acordes de piano, una fantástica sección de cuerdas sintetizadas y una sutil capa de teclados atmosféricos, la placa se desarrolla mientras clama “soy un espejo para tu corazón”.
Composición bien lograda, que incluso sin líricas podría funcionar como un cinematográfico relato instrumental. Echa mano de sólidos recursos musicales, bien asentados en cada una de sus secciones. Más allá de la excelente composición musical e interpretación vocal, considero que el punto más álgido de la placa proviene de la segunda lectura que la misma autora pudo reconocer en sus letras después de un suceso tremendamente impactante que vivió uno de sus mejores amigos en un bombardeo en Israel.
Impresionante
y profunda por muchas razones.
0 Comentarios