El sonido de las flautas dulces de inmediato te atrapa y decides quedarte cuando te das cuenta de que la canción está cargada de una energía que no tiene comparación. Y es que aquí la batería va marcando este ritmo acelerado con el que de repente se mueve la interpretación. Luego tenemos una guitarra que se queda con la voz de su intérprete con un riff tan sutil que apenas y logra sobresalir del resto de la música, pero sin duda, logra aportar una capa extra de intensidad a la canción.
La interpretación tiene un tono grave que está dispuesto a
llegar a notas altas cuando tiene que hacerlo, porque parte de la magia de esta
canción se encuentra en la interpretación, la cual transita entre estos tonos
medios y estos altos que se quedan un rato sostenidos. La letra de la canción
es una reflexión sobre el cuidado y amor que le damos a todo aquello que nos
rodea porque nos habla del amor, la pérdida y el respeto a la vida y, por
supuesto, a la tierra.
¡Esta canción hace una reflexión cargada de poder!
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